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25 de marzo de 2023

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Opiniones: Mariano Moles

09/12/2003

Mariano Moles es uno de los miembros del Comité Científico Asesor (Scientific Advisory Comité, SAC) del Gran Telescopio CANARIAS (GTC), entidad que tiene por misión aconsejar al Consejo de Administración y al Director de GRANTECAN sobre todos los aspectos relacionados con los requisitos científicos del GTC.

Doctor en Astrofísica, actualmente es profesor de investigación en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), del que fue director. Dirigió también el Observatorio hispano-alemán de Calar Alto, y ha sido profesor de investigación en el Instituto de Matemáticas y Física Fundamental (IMAFF) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ha trabajado en centros como el Instituto de Astrofísica de París (IAP) y el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).

Como miembro del SAC, entre sus funciones se encuentran la de definir el programa de instrumentación científica del GTC, estableciendo las prioridades y el proceso de selección.

ENTREVISTA CON MARIANO MOLES

Como miembro del Comité Científico asesor del GTC, ¿podría resumirnos la marcha del GTC y sus instrumentos?

- La primera impresión es de enorme optimismo y esperanza de tener pronto en uso el GTC, pero por otro lado se trata de un telescopio de una extrema complejidad, totalmente novedoso y que no tiene soluciones diseñadas a priori, de modo que hay que ir encontrándolas poco a poco. Siempre en estos proyectos de gran ciencia se está en la lucha por encontrar las soluciones a los problemas tal y como se van presentando. En cuanto a los instrumentos de primera luz, OSIRIS y CanariCam, se desarrollan sin problemas hasta donde podemos evaluar. Están en tiempo y estarán dispuestos para ir al telescopio en cuanto éste empiece a funcionar.

El pasado año se celebró la primera reunión de “Ciencia con el GTC” y está previsto que próximamente se celebre el segundo encuentro. ¿Cuáles son las expectativas que se presentan para esta nueva reunión científica?

- Naturalmente lo que se puede hacer con un telescopio de estas características es tan extraordinario que hay que planificarlo, admiten poca improvisación. Estas reuniones pretenden establecer dónde están las cosas en Astronomía hoy, qué se está haciendo con telescopios más o menos parecidos que están empezando a funcionar y dónde nosotros, la comunidad española, pero también la comunidad internacional, podemos hacer contribuciones de envergadura a la altura de la herramienta de la que vamos a disponer.

Eso fue lo que ocurrió en Granada y eso es lo que vamos a hacer en México, la puesta a punto de qué se está haciendo, qué se puede hacer y dónde podemos ser más eficientes y hacer aportaciones más importantes en el contexto de la Astronomía mundial.

¿Qué proyectos opina que pueden ser más interesantes?

- Eso depende, cada uno tiene el suyo propio. No cabe duda de que este tipo de instrumentos (sin menoscabo de los demás y con mi sesgo personal), tiene dos campos bien identificados de trabajo prioritario.

Se trata, por un lado, del Universo profundo, alto desplazamiento al rojo o redshift, objetos muy débiles... en definitiva ir avanzando hacia el Universo más joven. En el otro extremo, tenemos la búsqueda de cuerpos de muy baja masa, estrellas e incluso planetas extrasolares; ahí es donde realmente la potencia de este instrumento va a alcanzar su máximo exponente. Todo esto, sin menoscabo de otras muchísimas ideas y proyectos que seguro se van a desarrollar.

¿Qué opina de las últimas teorías sobre la energía del vacío?

- Ese es uno de mis temas favoritos. La verdad es que sobre el paradigma de la idea del Universo en expansión ha habido mucha discusión históricamente. Hace tan sólo 10 años hablar de la constante cosmológica era un puro ejercicio académico que nadie tenía en consideración. Sin embargo, a partir de las medidas de supernovas de tipo IA y, luego, de la interpretación de datos a raíz de la confección de mapas del fondo cósmico parece que, y digo “parece que” a conciencia, la constante cosmológica existiría y sería de valor positivo.

Desde el punto de vista teórico es simplemente un ingrediente más de un modelo perfectamente admitido en la teórica; desde el punto de vista físico la interpretación es extremadamente compleja.

Supongamos pues que, en este momento, tal y como apuntan los datos, (con muchísimas comillas, porque las cosas cambian muy deprisa y son teorías no bien establecidas), hay una constante cosmológica de la cuantía que los datos parecen indicar. Efectivamente eso nos lleva a una expansión en rápida aceleración y, dado ya el reparto de papeles que hay entre la materia, con la gravedad, que tiende a contraer el Universo, y la expansión, junto con la constante cosmológica, que tiende a disgregarlo cada vez más deprisa, podríamos decir que el Universo está entrando en una nueva etapa de inflación, es decir, de expansión acelerada, pero esta vez ya sin remedio, que nos lleva a la disgregación final.

Repito, esto es si interpretamos literalmente los datos tal y como hoy parece que apuntan. El tema en realidad es mucho más complejo, los datos son mucho menos claros de lo que los resúmenes a veces traducen y es un problema bajo discusión.

Pero si el modelo de Universo al que llegamos con estos datos es que la constante cosmológica tiene hoy una importancia equivalente al 70 por ciento del total y el 30 por ciento es materia, quiere decir que la expansión empieza a dominar el panorama, se está desbocando y nos llevará literalmente a una fase final de inflación.

Natalia R. Zelman

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