Cuanto mayor es el espejo primario del telescopio, mayor es su poder captador de luz. De hecho, el GTC supera en 0,4 m el diámetro de los telescopios construidos hasta ahora. Pero esto no es lo más destacado del Gran Telescopio CANARIAS.
Su importancia radica en el conjunto de aspectos que, unidos, hacen que el GTC sea un proyecto cuyas singularidades lo haga uno de los más competitivos en el momento de su inauguración. Todo converge en aportar al sistema óptico las mejores condiciones para la observación.
Otra propiedad importante es la "resolución angular", o en términos más coloquiales, la nitidez o calidad de imagen.
Todo en el telescopio sirve a la óptica: la mecánica, el edificio con su cúpula, la electrónica y el control... todo para que la imagen sea perfecta y se mantenga perfecta durante la observación astronómica. A diferencia de los telescopios de hace sólo 20 años, los telescopios actuales utilizan óptica activa, óptica que se reconoce a sí misma y que se corrige si fuera necesario.
Pero esto no es todo. Las alteraciones de la atmósfera limitan la calidad de imagen durante la observación astronómica. Sin embargo, recientemente se está trabajando con ahínco en los principales centros del mundo para avanzar en el desarrollo de la llamada óptica adaptativa. Ésta, como su nombre apunta, utiliza sistemas para que la deformación de los espejos compense sobre la marcha las pequeñas turbulencias que afectan negativamente a la trayectoria de la luz.